“Sería una definición muy generosa”, responde por teléfono desde su casa en La Paz, cuando lo llamo Decano de Periodistas Bolivianos. Javier Torres-Goitía Torres, de noventa y siete años en junio pasado, conocido en toda Bolivia como “el pediatra”.
Periodista (fue secretario general del primer congreso de periodistas bolivianos y aún escribe sus editoriales para Página Siete), escritor, médico (promovió la primera campaña contra la poliomielitis y otras enfermedades endémicas), ministro de salud, embajador en México de Lidia Gueiler, campeón de tenis en la categoría senior, exiliado en Chile hasta el golpe de estado de Pinochet, amigo personal de Salvador Allende desde el momento en que era presidente del Senado chileno, presidente de la Confederación Médica Sindical de Bolivia, de orientación marxista pero con inclinación más humana que sectaria.
Cuenta que conoció a Allende en una conferencia médica en Chile a la que había sido invitado. Cuando Allende fue elegido presidente y Torres-Goitia tuvo que tomar la ruta del exilio en Perú después del golpe de estado de Hugo Banzer que había puesto fin a su experiencia como ministro de salud en el gobierno del general homónimo Torres, se fue a Chile con un grupo de amigos y pasó a trabajar en el sector Salud.
Dr. Torres, ¿cómo se definiría políticamente?
Después de la revolución francesa y socialista, nuestras sociedades han experimentado una evolución que hace difícil definir qué son hoy la izquierda y la derecha. Según los viejos modelos de clasificación política, sigo siendo un hombre de izquierda, porque siempre he sido identificado con el bienestar de las personas más pobres y en defensa de su salud. Me refiero a la salud en un sentido amplio, tomando en cuenta sus determinantes: el bienestar social, la economía y la educación de las personas. De esta manera, llegué a incorporarme en la lucha por mejorar la salud que tenía como objetivo el progreso de la condición social y económica de las personas más pobres.
En los últimos tiempos me ha sorprendido ver un líder, teóricamente indígena, incluso si no lo es, para mi no tiene importancia porque no soy racista. Lo que cuenta es, en última instancia, la conducta del hombre, que salió de la clase más pobre con la que parecía identificarse, lo cual no hizo. Ni siquiera asistió por completo a la escuela primaria. Para muchos su gobierno era una esperanza, pero solo quedó como destacable el fuerte carácter que lo distingue y su capacidad de mando que ha impresionado a la gran comunidad boliviana.
Se convirtió en el líder, pero su liderazgo en lugar de dirigirlo a una revolución social no necesariamente sangrienta, que podría haberse caracterizado por la apertura de escuelas y centros de salud en los lugares más remotos, incluyendo a los excluidos y marginados de nuestra sociedad, privilegiando en primer lugar a los grupos étnicos aborígenes, pero incluyendo también a los pobres de las ciudades, se apoyó en todos ellos para aumentar su fuerza política sin hacer nada a cambio, salvo ofertas incumplidas.
Cuando le convino comenzó a estrechar sus relaciones con los grandes empresarios, abandonando su posición original al evolucionar hacia la derecha. Luchó contra los pueblos indígenas del Oriente boliviano, trabajando para dividir sus organizaciones, marginando a sus líderes y remplazándolos por otros relacionados con su partido, quienes sin tener representación de nadie asumían la representación de esas colectividades. En el caso del TIPNIS, el proyecto de un camino que cortaba un gran territorio de reserva natural en dos, más que unir poblaciones buscaba aumentar la producción de coca en su condición de líder cocalero a la que nunca ha renunciado.
En esta área hay una zona llamada Polígono 7 donde no entra ninguna autoridad del Estado, y donde solo los cocaleros tienen acceso. Es como si fuera un pedazo de tierra fuera del estado boliviano donde se produce coca, sin que se sepa si además, producen pasta o cocaína. Además, la coca que se produce en esa zona no es para el acullico, que es una costumbre ancestral de la población indígena. Para ese acullico los indígenas consumen la coca de los Yungas que es más dulce, más blanda, más fácil de masticar y con otras muchas propiedades.
Esta otra coca que se produce en la zona tropical del Chapare, cerca de Cochabamba, parece tener un mayor contenido de cocaína. De hecho, ciertamente, aunque no hay pruebas documentadas, es vox populi que la coca de Chapare está destinada a la fabricación de cocaína, y que los campesinos la venden macerada o en pasta. El Chapare es tierra de nadie. Ahora, en la situación de conflicto después de la partida de Morales está auto bloqueada. Los bloqueos han terminado en toda Bolivia, excepto en el Chapare, donde ni siquiera pasa un camión o un autobús. El Chapare es un territorio no incorporado al país. Nadie sabe a dónde va la coca del Chapare. Todos dicen que va al narcotráfico. La información general es esa, aunque naturalmente no existe evidencia. Sin embargo, se produce y se vende de forma privada, sin control. En contraste, la coca de los Yungas se comercializa en una oficina instalada en la ciudad de La Paz.

Al comienzo del gobierno de Evo Morales en 2006, ¿cuál era su posición? ¿Apoyó o fue crítico?
Estaba esperando ver qué pasaría. No lo apoyé porque tenía contenidos racistas y ausencia de fundamentos de solidaridad social. La lucha de clases, obviamente, ya no tiene lugar en la misma forma que en los albores del capitalismo cuando se publicó el Manifiesto Comunisya de de Karl Marx y Federico Engels. Ahora la clase trabajadora tiene muchas ventajas, entre ellas la seguridad social que no se extiende a los trabajadores informales que en este país subdesarrollado son la gran mayoría. Solo el 25 por ciento de los trabajadores bolivianos son regulares, mientras que el resto trabaja por cuenta propia en pequeñas empresas familiares. El gobierno comenzó centrándose en un choque cultural.
Cada grupo étnico pasó a ser considerado como si fuera una nación. De ahí el nombre de Estado Plurinacional que se dio a la anterior República de Bolivia. Existen muy pocas diferencias entre estos grupos étnicos y, debido a sus características físicas, ni siquiera se pueden distinguir entre sí. En la base había una intención política de hacer una demagogia con cada grupo étnico para dividir a todas estas clases marginadas y excluidas. Al comienzo del gobierno de Morales, este detalle me llevó a mantenerme al margen aunque tuve buenas relaciones y conversé con muchas personas en su círculo, como su primera ministra de salud que sigue siendo amiga mia aunque sin compartir conceptos sobre interculturalidad y la cultura ancestral.
Pero ya en la lucha social, se vio claramente que todo esto estaba destinado a acumular poder político por parte de Morales. Debe ser reconocido por su gran habilidad, gracias a la cual, en una de las elecciones pasadas, llegó a obtener el 64 por ciento del voto del pueblo. Era un líder muy popular, pero siempre con el objetivo de la acumulación de poder y la profundización del culto a su persona. En Bolivia se ha convertido en un dios. Los niños de las escuelas arrodillados agradecian a Evo por los escritorios que les dio para la escuela, o por un techo de hojalata.
Dr. Torres, Evo Morales afirma haber sido expulsado por un golpe de Estado. Ciertamente, el consejo, proveniente del jefe del ejército de Kaliman, de hacerse a un lado, podría leerse de esta manera.
Gracias por esta pregunta Para una persona que vive en Bolivia y que ha visto lo que sucedió, incluso para un miembro del MAS, es imposible afirmar que fue un golpe de Estado. Este es un juicio de Evo Morales que hace uso de mentiras y argumentos increíbles para salvar su situación. Hace años dijo que había registrado a un niño ilegítimo en la oficina de registro y que le dio un cheque por cien dólares. En Bolivia se sabe que tuvo relaciones sexuales con muchas mujeres. Para demostrar que era un buen padre, decidió publicitarlo, solo más tarde se enteró de que su hijo ni siquiera había nacido. La pregunta es: ¿quién se había inscrito en la oficina de registro? ¿Quién pagó la asignación por hijos? Al final no sabemos si este hijo realmente nació, o si, como dicen, murió a poco de nacer.
Es una cuestión digna de una película, y la prensa ha especulado sobre este hijo y su madre, la señora Zapata. La que ganó millones gracias a los empresarios chinos y el apoyo de alguien, dado que ella personalmente no tenía poder político. Terminó en una prisión con todas las comodidades desde donde puede salir todos los días. El gobierno la ha encarcelado para que no diga la verdad sobre lo sucedido. Como parece claro, son saldos de la mafia.
Esta historia coincidió con el 21 F, o sea con el referéndum constitucional del 21 de febrero de 2016, en el cual Evo perdió con un margen de pocos votos, pero con negativa rotunda a su deseo de cambiar la ley, que permite solo dos mandatos presidenciales. Pese a este rotundo No. Morales buscaba ser electo para un cuarto mandato en octubre, gracias a una resolución del Tribunal Constitucional que se apoyó en un acuerdo internacional que reconoce como derecho humano el poderse postular a una elección
Hemos vivido catorce años en esta situación, y ha sido necesario que todas estas cosas se sumen para terminar creando un malestar incluso desde antes de las elecciones del 20 de octubre pasado. Los grupos sociales se organizaron bajo el nombre de 21 F, El Pueblo Dijo No. El movimiento estaba tan extendido que cuando Morales iba a inaugurar algunas obras en el país, siempre se hacía presente algún grupo que lo desafiaba con el estribillo de “Bolivia dijo NO”
Había tanto cansancio en el país por las mentiras de Morales que cuando la Corte Electoral, en la noche de las últimas elecciones, interrumpió el flujo de datos que hacían predecir la segunda vuelta entre Morales y Carlos Mesa, y después de veinticuatro horas asignó a Evo la victoria en la primera vuelta, se desató tal furia que la gente salió de sus casas, tomó las calles protestando y hasta rezando, en un país muy católico como Bolivia, para detener el fraude. Entonces, era fácil suponer que estas manifestaciones pacíficas nunca podrían derribar a Evo, que tenía el poder político y el control de las fuerzas armadas.
En esas circunstancias surgió el Presidente de Comité Cívico de Santa Cruz, no político, Luis Fernando Camacho, y en un cabildo multitudinario decretó un paro civil de todas las actividades. Casi de inmediato los Comités Cívicos de todo el país tomaron la misma actitud y se inició el paro nacional.

La historia terminó con la presidencia interina de Jeanine Áñez Chávez, quien lanzó un mensaje sostenido de paz social. Se inició la resistencia del MAS y los conflictos cada vez más graves. Ahora hay una orden de arresto contra Juan Ramón Quintana, Ministro de la Presidencia de Morales. Hay treinta y tres muertos y la alarma de la Comisión de Derechos Humanos. ¿Qué opinión tiene de este gobierno que ahora ha decretado ir a nuevas elecciones en enero sin la participación de Morales y el Vicepresidente Álvaro García Linera?
En este vacío de poder creado por Evo, los bloques de choque del MAS han aumentado con fuerza, armados de dinamita, creando problemas de suministro para las ciudades. No había frutas, verduras, huevos. Pasamos días muy difíciles, en la incertidumbre de lo que sucedería. El compromiso de la policía fue no disparar a las personas, de ningún lado.
De acuerdo con nuestras reglas, después del abandono del presidente y el primer vicepresidente del Senado, Jeanine Áñez. Quien era la segunda vice presidenta asumió esa presidencia. Como Presidente del Senado asumió la presidencia de la república.
En este momento, las fuerzas armadas y la policía están en sus cuarteles sin disparar ni a uno ni a otro bando. Jeanine Áñez preside ahora un gobierno de transición que ha llamado a la paz, la unidad y la reconstrucción nacional.
Decir que los nuevos gobernantes son los blancos, es una falasia porque aquí todos somos mestizos. Uno quizás más educado que el otro porque fue a la universidad. O diferente porque uno hizo fortuna económica mientras que el otro no. Quiero decir que étnicamente somos más o menos lo mismo, profundamente divididos, porque la parte de las personas que viven bien con muchas comodidades es realmente pequeña, mientras la pobreza está muy expandida y de un tipo que no se conoce en Europa. Aquí no se trata de menos ingresos para vivir, sino de formas diferentes de comer, de vestirse y de trabajar. Por esta razón, incluso la llamada derecha expresa posiciones a favor de los pobres, porque no es posible negar el derecho de estas personas a vivir mejor. El hecho de que un gobierno que anunció promover una revolución social se convirtiera en el perseguidor de los indígenas en Chaparina, en TIPNIS, en Santa Cruz, dejando casi un millón de hectáreas de bosques quemados, todo va en contra de las personas más pobres.
El nuevo gobierno ha emitido un decreto que autoriza a las Fuerzas Armadas para que puedan defender el orden establecido en casos especiales de vandalismo y terrorismo. Las manifestaciones a favor de Evo fueron muy violentas y provocaron el incendio de la casa del rector de la universidad y sesenta autobuses de transporte. El mismo MAS se ha dividido. Un ala pide la pacificación del país y ha favorecido el acuerdo con el gobierno para convocar a las nuevas elecciones y para la renovación de la Corte Electoral. El otro día, el ministro firmó un acuerdo con las organizaciones sociales de los cocaleros, los maestros, los trabajadores y otros líderes reconocidos del MAS y, por lo tanto, las manifestaciones se terminan, excepto en el Chapare.
En cuanto a Quintana, anunció que de haber algún movimiento contra el gobierno, Bolivia se convertiría en un nuevo Vietnam. La presidente, valientemente, convocó a todos los líderes de las organizaciones sociales del MAS, alrededor de sesenta, a una reunión en el edificio del gobierno, dándoles todas las garantías para expresar su opinión libremente. La Presidente enfatizó en sus declaraciones que no habría represalias del ejecutivo, aunque condenaba a los responsables de actos de vandalismo. También reiteró la necesidad de que Bolivia vaya pacíficamente a nuevas elecciones de las cuales el ganador formará el nuevo gobierno con cualquier formación política a la que pertenezca. A instancias de Jeanine Áñez, el canal de televisión estatal transmitió toda la reunión y esto tuvo un gran eco. Fue un diálogo duro pero constructivo, y el resultado es que se eliminaron los bloqueos y los camiones comenzaron a circular nuevamente.
Evo Morales ha sido definido como un exponente del socialismo latinoamericano del siglo XXI. ¿Qué hizo él como socialista en Bolivia?
Cuando yo era Ministro de Salud en el gobierno del general Juan José Torres González [derribado por Hugo Banzer con un golpe de estado, asesinado en Argentina en 1971 en el marco de la Operación Cóndor NdR] estaba muy cerca del Partido Comunista de Bolivia, que nunca ha sido masivo. Yo nunca milité porque los intereses de la URSS a expensas de las clases populares bolivianas eran abrumadores en el partido. En cuanto al llamado socialismo latinoamericano del siglo XXI, podemos decir que ni siquiera tiene un contenido teórico claro menos conoce ni práctica las más elemntales bases de la dialéctica.
Ser socialista aquí significa ser anticapitalista en el sentido de ser antiamericano. Estamos dispuestos a tratar con la Unión Europea mientras que los chinos son casi dueños del país, porque han ganado, sin licitación muchas obras de construcción e industriales, están presentes en la explotación del litio y están un poco en todas partes. Al menos aquí en Bolivia, el socialismo del siglo XXI se ha reducido a una actitud racista hacia los llamados blancos.
¿Pero quiénes son los blancos? Posiblemente los más ricos, porque si a cualquier blanco se le viste con un gorro de indígena y un poncho de colores, no se diferencia en nada de un indígena.

En enero, Bolivia irá a nuevas elecciones. ¿Qué posibilidades tiene Carlos Mesa, quien llegó segundo en octubre pasado? ¿Crees que Luis Camacho puede tener algún papel y quién puede presentarse para el MAS?
En este sentido, puedo hablar con mucha libertad, porque no tengo relación política con ninguno de los candidatos. Mesa es un buen historiador y es uno de los hombres más educados del país. También fue un excelente periodista que se mudó a la política, puede ser considerado un periodista de centro derecha, más o menos. Luis Camacho es un joven emprendedor con tradición familiar empresarial. Es un personaje muy emotivo y tiene mucho carisma. Es muy difícil decir que es un fascista porque quienes así lo ubican imagino que ni siquiera saben lo que teóricamente sostiene el fascismo. Tiene un carácter autoritario, está vinculado a los círculos de derecha, pero es difícil decir a dónde va. Puede salir un líder popular que se preocupe, como lo hace ahora, por el bienestar de las personas. En el pasado, Bolivia tenía grandes figuras políticas, ausentes en el panorama actual. Otro posible candidato podría ser Samuel Doria Medina, otro empresario “de derecha”, que proviene de un partido socialdemócrata como el MIR. En resumen, se está formando una ensalada en la que hay socialdemócratas y demócratas de derecha e izquierda. Está Carlos Mesa, que es simplemente un hombre de centro . Camacho, a quien no sé dónde ubicarlo, y un MAS dividido entre los que quieren participar en las elecciones y los que dicen “Evo o nada”.
Cuando mataron al Che en Bolivia, la dirección de su casa fue encontrada en su diario. ¿Cuál fue tu relación con los cubanos?
Contaba con muchos amigos en la misión cubana en Bolivia. En Cuba, admiraba a Fidel, que construyó un gran número de escuelas y jardines de infancia. Como médico, vi cómo venció a la tuberculosis. Ahora en Cuba, incluso aquellos que limpian habitaciones de hotel tienen educación secundaria superior. Ha habido un desarrollo innegable. Por el contrario, aquí incluso el presidente no estudió nada y representa quizás el único caso en el mundo de un presidente que ni siquiera destina un poco de su tiempo al trabajo de escritorio. Se levanta a las cinco de la mañana. viaja por todo el país para abrir un campo de fútbol, o para entregar pupitres a una escuela. Morales no hizo ningún trabajo social, no mejoró nada. Nuestro líder populista fue un ejemplo de cómo la ignorancia es descarada.
No tuve oportunidad de conocer al Che personalmente, porque llegó en secreto. Pero estaba muy cerca de la embajada cubana, cuyos miembros tenían hijos que yo trataba. También era amigo de Carlos Puebla, el cantor de la revolución cubana que pude albergar en mi casa. Evo y el MAS me han decepcionado por su populismo de bajo precio que ha sembrado el odio.
Caminando por las calles de La Paz ahora tienes la sensación de que un tirano se ha ido, ahora puedes hablar libremente. Siempre pensábamos que el teléfono estaba controlado desde una oficina del Ministerio del Interior. Había un control muy estricto. Casi todos los periódicos han sido comprados por el gobierno o saboteados, como Página Siete, donde escribo. Este diario nuna tuvo un espacio publicitario del gobierno. Igualmente, también se presionó a las empresas privadas para que no compraran espacios publicitarios. No hubo censura de prensa, pero los periódicos fuera de línea estaban semi-sofocados. Antes de la caída de Evo, el ochenta por ciento de los programas apoyaban al MAS. Dejando Evo, el paisaje ha cambiado. Escuché que está circulando una encuesta aún no oficial según la cual el MAS habría pasado a veinte % de preferencia ciudadana, del cuarenta por ciento que tenía. En resumen, la impresión es que hemos experimentado una liberación, a pesar de que en el parlamento el MAS mantiene dos tercios de los escaños. Y sin el parlamento, el presidente no podría haber convocado elecciones.
¿Crees que Bolivia ha cerrado la historia con Evo, o crees que todavía puede tener un futuro político?
Buena pregunta Evo está muerto en este momento. Ciertamente, si regresa, puede movilizar a su gente, que incluso puede ser lanzada a morir por él. Estoy hablando de ese veinte por ciento con el que todavía puede contar. En cuanto al futuro, nadie puede garantizar nada, porque si estas personas de buenas intenciones hacen lo que Macri hizo en Argentina o lo que Bolsonaro está haciendo en Brasil, privilegiando el monetarismo en la economía y olvidando el bienestar de la gente, en tres o cuatro años ´podríamos tener Evo de nuevo. No hay nada que hacer, porque no hay otro líder en el sector popular. Evo tuvo éxito en su intento destructor importante, logró desacreditar a todos los partidos políticos. En este momento en Bolivia, muy pocos votarían por Doria Medina, que tiene su propio partido bien organizado y estructurado en todo el país. Es probablemente la fuerza mejor organizada. El otro partido que ahora es afín al gobierno de la Sra. Jeanine Áñez, es el de los Demócratas de Arturo Costa, es un partido de opinión socialdemócrata, pero igualmente tan duramente combatido por Morales que hoy por hoy tiene poca fuerza propia.

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